domingo, 16 de julio de 2017

Julio 2017 Ironman Vitoria

Y por fin suena el despertador de este día tan esperado, este 9 de julio 2017. Dormí mal, nervioso, con miedo a que ese dolor de garganta me diera el día pero un ibuprofeno y a aguantar.

Desayuno poco porque no entra. Un bol de avena con leche de arroz y canela y un zumo de naranja natural. ¿Con esto será suficiente? Ya empezamos con las dudas! Cogemos el autobús y vamos en la zona de la natación. Dejo preparado todos los geles y barritas, la ropa y me enfundó el neopreno. Todavía falta 1h para el inicio. Los nervios me pueden. ¿Que hago aquí con lo bien que estaría con mis hijas?


Falta 20minutos para la salida, empiezo a activar el cuerpo y la mente que hasta hora tenía en blanco. Me coloco con los 1300 otros triatletas en el box de salida y ya preveo mamporrazos en la natación! 10-9-8-7.... y pienso ahí quería estar desde hace meses, así que a disfrutarlo.


Entró en el agua y efectivamente los primeros 800m es salvase quien pueda. Intentó seguir los pies de uno que parece saber dónde va y a rebufo todo lo que puedo. Pensaba que la primera boya era la de la izquierda y me doy cuenta cuando pasó la boya que no, que tenía en mente el circuito de nado al revés! Menos mal que estuve siguiendo a este alma salvadora! El retorno, de la primera vuelta aplicó la misma táctica de seguir unos pies pero esta vez la estrategia no funciona. Había que pasar en medio de 2 boyas y el barco de la organización nos manda 50 metros más a la derecha. Esto no me termina de afectar ni retrasar. Voy bien, me siento fuerte, y cuando miro el reloj en la primera vuelta veo 35'! Perfecto, voy bien. Segunda vuelta ya tengo el recorrido en la cabeza y voy más recto. Con el neopreno todo se hace más fácil, me dejo deslizar más, así hago menos brazadas y me cansó menos. Hay menos triatletas y consigo nadar a gusto. Llego a la T1 con un tiempo de 1h10. Bien, vamos según lo planificado. Esto marcha.


En la t1 me cambio totalmente de ropa, dando el espectáculo en la carpa. Protección solar, crema antiroce y todo en orden, voy preparado. Cojo la bici, y ahí que vamos.


2 vueltas de 70 kms y una de 40 kms. La primera vuelta la hago controlando muchísimo, 190w-200w, corazón alrededor de 130-135bpm. Cada 20min me alimento de gel o de barrita. Solo tengo que recargar de agua en los avituallamientos. Llevo 3 bidones de sales e isotonica. Cumplo lo planificado a rajatabla. Cada 1h45 el bidón de isotonica y sales, y 1,5 bidón de agua. Todo va fenomenal. La segunda vuelta, de vuelta a Vitoria sopla un viento desagradable de frente/costado. Estoy todo el rato acoplado, muy aerodinámico y hago media de 34kms/h. Llega el kilómetro 120 y esto ya se empieza a hacer largo. El cuello me molesta, aprieta un poco el calor y voy bajando a 180w para intentar conservar las mismas pulsaciones. Psicológicamente el hecho de poner la vuelta pequeña al final es un alivio. En mi bici puse fotos de mis hijas y cada vez que necesitaba un empujón las he ido mirando, las he hablado, las he dicho que las quería y que me dieran fuerzas! Emocionarse encima de la bici no es buena idea pero da ese empujón que uno necesita!




Entró en Vitoria centro, todavía no sé cómo iré en la maratón, pero confió. He estado guardando, así que esto tiene que funcionar. Me cogen la bici y me voy camino a la T2. Veo a Ana y Henri! Que subidón!


En la T2, me cambio, dando otra vez el espectáculo. Me sobran algún que otros geles pero decido seguir con el plan establecido. Lo que no haya consumido en la bici, no lo consumiré en la maratón. Me llevo 4 geles, uno por cada vuelta. Gafas, gorra y me acerco a la chica que reparte crema solar. Me embadurna y noto que tengo el cuello algo quemado. Hay que protegerse bien que esto va para rato.



Inició de la maratón, los primeros 2/3 kilómetros controlando mucho, a 5:20 el km. Voy bien, me siento bien. Las piernas responden. Que alegría. Pienso en mi tia merce que hace años corrió maratones. Pienso en mis hijas, pienso mucho en mis hijas. Y noto que esto va. Sé que petare, pero cuanto más tarde mejor. La primera vuelta la hago muy cómoda, pudiendo tirar por debajo de 5min/km durante bastante tiempo. Y ahí me acuerdo de mi amigo Diego y de nuestro último entreno donde el tío me hizo sudar la gota gorda, pero esta última carrera me dio mucha confianza. Sé que hasta el km 20 lo puedo aguantar, así que vamos. La media maratón la hago en bastante menos que 2h, y me paro cuando veo a Ana y le digo que llame a mis hijas para decirle que esta noche papa será un ironman. Realmente sé que lo iba a ser desde el kilómetro 3 de la maratón. Pero esto no es tan fácil como parece. Intentó retrasar el mazazo lo más tarde posible pero sé que llegará! 


Y llego. En el 25, se acabaron las fuerzas. No podía más. Las piernas duras como piedras. Curiosamente solo era problema de piernas porque no iba agotado. Henri me acompaña del 25 al 29 más o menos y charlamos poco pero lo suficiente como para animarme. Paro en todos los avituallamientos, bebo cocacola que me sienta fenomenal, naranjas y platano. Ese dolor de piernas se puede deber a falta de sales/potasio así que le doy a la isotonica y al platano! 

Pero el dolor no cesa de hecho va a más. Le digo a Henri que me acompañe la última vuelta. Del 30 a 35, no puedo más. Ando mucho, intentó estirar pero no puedo porque me entra calambres. En el 36 veo a Henri y le pido que me deje solo. Las penurias se sufren a solas! Le digo que nos vemos en meta. En el 37-38, me vuelvo a animar, no se de donde saco las fuerzas. Visualizo la meta mentalmente y doy el último empujón. Esto ya está hecho. El último kilómetro disfruto como un enano, pasando por El Centro de Vitoria, animado por todo el publico. 

Y por fin: la meta. Tengo ganas de reír, llorar y tumbarme todo a la vez. Esos 10 metros de pasillo hasta la meta, los disfruto como nadie. Ana está ahí grabándome. Pasó la meta en 11h09 y soy Ironman.